Friday, June 26, 2009

la muerte

Mala suerte?, Karma?, Dios? La vida nos obliga entenderla, como si de eso dependiera en gran medida el dominio de esta, como que el echo de entender algo nos confiriera el poder de controlar lo entendido.
Y apelamos a lo conocido como medio de asegurar nuestra existencia y la de los nuestros seres queridos, para protegernos, para sobrevivir. Por eso nos creamos los mitos, para entender al Sol y la Luna, pero una vez que entendimos dichos fenómenos desapareció su divinidad y se transformaron en objetos inertes, explicados. Entendemos algo y desaparece el miedo y si desaparece el miedo, desaparece su divinidad.
El echo de entender las cosas, nos saca el miedo que estas nos provocan. Le tenemos un terror a la vida por que no la entendemos. Podemos tratar de entenderla, definir espacios, generar documentos explicativos de conductas humanas, tejer paños de colores y llamarles patria, esbozar jubilosas consignas y refugiarnos en ellas, dos mas dos cuatro, cuatro y dos son seis.

La muerte aparece sin apresurarse, sin pedir permiso. Esta presente en cada espacio que construimos, en cada silencio, en cada sonrisa. No tiene miedo, no tiene tiempo, solo habita silenciosa en cada unos de nosotros, la única seguridad absoluta es que vamos a morir y estamos muriendo. Y nadie sabe que hay mas allá de ese último suspiro, de ese tempano de hielo que se convertirá nuestra piel, donde no hay risa ni llanto.

Y así la vida, la tierra gira y gira, y los hombres sueñan que viven, sueñan que sueñan.

Sólo nos queda seguir soñando.



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Monday, June 22, 2009

"La realidad tiene limites; la estupidez no"
Napoleón

Wednesday, June 17, 2009

mis debilidades tan débiles, no me harán débil

No es fácil para mi asumir debilidad frente a la oposición, frente al enemigo.
No es que no quiera asumir mi débil condición humana, tan sólo que hay momentos en la vida en donde uno no puede permitirse debilidades, flaquezas, niñerías.
Hay momentos en la vida donde uno debe actuar con la mente fría como tempano de hielo, donde el desafío es tan grande que debes estar a la altura de las circunstancias, no por elección propia, tan sólo como un deber, como asumiendo en completa paz el rol que te ha tocado jugar.
Es fácil adormecerse en los lamentos, en las preguntas sin respuestas, en las incontenibles formas del dolor. Fácil abrir el camino de la autoconmiseración, del refugio, del dolor del golpe.
Mi padre (maestro mío de mí) siempre decía: "Lo que no te mata, te fortalece" y no como una frase cliche aprendida de memoria en esos libritos llenos de frases celebres, sino como una convicción de su propia lucha y vida. Como todo ser humano tuvo sus crisis y quiebres interiores, pero siempre actuó como un hombre, y en definitiva a eso apelo, que hay momentos donde se debe actuar con hombría, ponerse los pantalones, así bien machista.
El valiente no es aquel que no siente miedo, sino que es aquel que pese al miedo, asume el desafío. Que pese a temor, al temblor de pera y de piernas es capaz de sobreponerse por un bien mayor. En History Channel veía la historia de los aviadores argentinos que lucharon en malvinas y como fueron capaces de sobreponerse a la perdida estrepitosa y horrible de sus colegas de armas, que pese a su inferior tecnología fueron capaces de dar una batalla de igual a igual, y que pese a toda la adversidad lucharon.
También como aquél ejemplo de los heroés chilenos de la Concepción, donde una patrulla de soldados chilenos es rodeada por cientos de soldados enemigos, y no se rindieron pese a que iban a una muerte segura, sino que dieron pelea.
Por que asumir la debilidad, acomodarse en el dolor y conformarse con la perdida es rendirse, cuando tu asumes una posición de derrota, estas rendido y un hombre nunca se rinde.
Rendirse, asumir tu debilidad estúpida, también es un acto de cobardía, los cobardes se conforman y rinden a la pleitecía de los acontecimientos, ellos no actuan, reaccionan a los evento y siempre reaccionan conformados, en cambio aquel que asume la victoria, también asume la derrota pero no como una fatalidad, porque el no quería la muerte, sino como una consecuencia irremediable, parte de la batalla, de las posibilidades.
Enfocarse en el objetivo final, asumir la lucha como única arma válida de existencia, no dar paso a la debilidad, no rendirse, no asumir la cobardía es una victoria, es una actitud de valentía, es actuar como un guerrero.



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