De esas cosas que se pertenecen, de esas cosas del momento mas ciertas que cualquier herida abierta. Cada instante como único y preciso lugar del ser, como instancia presente de lo vivido, pienso luego existo exacerbado, provocado a instalarse junto a nuestra cotidianidad.
Y así los instantes vividos intensamente. Así cada elemento dispuesto, necesariamente atendido al 99,9% de sus implicancias.
Si juntamos en el mismo espacio los adjetivos diferentes y diversos, al igual que un rollo de película cada instante parte del mismo film de la vida.
Cada fotograma como elemento eterno de nuestra propia filmografía vívida, o sea, vive cada segundo como el último del primero.
koteGrama