Ha vuelto parecer
Azul hermosa
Cargada de tareas
De paso lento
Yo la escucho agradecido
De sus bolsas de supermercado
Ya no me avergüenzo (que vergüenza!)
De la providencia de Providencia
No importa lo que digan
A mi sólo me importa
Lo que yo digo
Y no digo
Cuando tus pasos sean mas lentos
y tus palabras redondas
confusas
corran por las calles
Te llevaré del brazo
Desnudos por Valparaíso
Cada peldaño universo eterno
y te besaré despacio, muy de espacio
José Luis Soto
Sunday, October 12, 2014
Wednesday, September 03, 2014
SANTA LESERA
Descansando
en ojos negros de almendra
tu piel
mi sed infinita
espasmos
gimiendo profundamente
mareas fulgurantes
milenarias
presa de animal
que la poseyó
se marchó inhóspita
infinita y trivial
subío al medio día
dormida
toco sus labios
yo los míos
Sottua
en ojos negros de almendra
tu piel
mi sed infinita
espasmos
gimiendo profundamente
mareas fulgurantes
milenarias
presa de animal
que la poseyó
se marchó inhóspita
infinita y trivial
subío al medio día
dormida
toco sus labios
yo los míos
Sottua
Etiquetas:
poesía
Thursday, July 31, 2014
El cuento de la promesa
Había una vez un Lucho que vivía en una ciudad gris, de escaleras de plástico negro de puntas amarillas. Las gentes que le habitaban vestían chaquetas grises, chaquetas negras, bufandas café, rojos color sangre opaca, colores opacos de gentes apocadas, tristes y frías.
Era una ciudad en blanco y negro, de calles grises, edificios café claro, de aves plomas, de un río café, aguas pobres contaminadas que cruzaban el centro de sus vísceras, era invierno en ciudad ploma de cemento.
Lucho le dio la última fumada a su cigarrillo, lo tiro al suelo, apago con los pies y camino al terminal de buses, en una hora más partía el bus que lo llevaría al sur de su país.
Sonó 'Michelle' en sus auriculares y se acordó de ella.
Sonó 'Michelle' en sus auriculares y se acordó de ella.
La sola fuerza del recuerdo de ella disolvía en vaivenes simples una cotidianidad inhóspita. Recordó como ella era capaz de dibujar con risas amarillas conquistas espaciales, pintar con su llanto azul los mas tristes episodios que humano alguno hubiese sufrido y después recordó cuanto reían y como se quedaban dormidos desnudos en el living de su mansión, rodeados de Bolaños, Nerudas, champagne y copas de vino en reserva. Recordó el sonido del viento del mar salado, también la lluvia, el calor de ella y sus manos heladas.
Después se acordó del portazo que le dio en la cara.
Lucho sintió partir el bus bajo sus pies y desde la ventana se quedo mirando a dos amantes que se despedían como pidiendo y se decían: 'Próxima semana nos vemos' o 'Vuelvo y te lo meto'. Algo así entendió se decían en medio de balbuceos, abrazos temblorosos y promesas que vio como volaban imprecisas y tenues, cuan pompas de jabón.
Después se acordó del portazo que le dio en la cara.
Lucho sintió partir el bus bajo sus pies y desde la ventana se quedo mirando a dos amantes que se despedían como pidiendo y se decían: 'Próxima semana nos vemos' o 'Vuelvo y te lo meto'. Algo así entendió se decían en medio de balbuceos, abrazos temblorosos y promesas que vio como volaban imprecisas y tenues, cuan pompas de jabón.
Promesas simples, tímidas y entendió que así se hacían las promesas verdaderas, él, que ya había olvidado prometer.
El Soto
Etiquetas:
cuento
Thursday, February 20, 2014
La muerte enamorada
La muerte se enamoró
de mis pasos
se enamoró cuando me vio
bajando los cerros perdidos
Después la muerte
se obstino
de no tocarme pudo
a mi padre beso de espanto
Encantada la muerte me vio llorarle
fascinada la muerte me vio llamarle
se quedó a mi lado
silenciosa de amor
La muerte me amaba
mis pasos contaba
las horas del encuentro
mirada mortal !
Ahora la beso y le digo buenas noches
no se vaya enojar la muerte
y me de un día de estos
un beso mortal.
El Soto
de mis pasos
se enamoró cuando me vio
bajando los cerros perdidos
Después la muerte
se obstino
de no tocarme pudo
a mi padre beso de espanto
Encantada la muerte me vio llorarle
fascinada la muerte me vio llamarle
se quedó a mi lado
silenciosa de amor
La muerte me amaba
mis pasos contaba
las horas del encuentro
mirada mortal !
Ahora la beso y le digo buenas noches
no se vaya enojar la muerte
y me de un día de estos
un beso mortal.
El Soto
Mi lucha
La Lucha
le prestó "Mi Lucha" de Hitler
al Lucho
que no luchaba
En la cárcel
te das cuenta
hay que estar ahí
Lucho
Tu sabes
te van a sacar la chucha Lucho
igual no más
en pedir no hay engaño
Igual se acostó al lado de ella
que se quedó quietecita
esperando desde siempre
tu respiración
Ahí se quedaron
abrazados
hasta el amanecer
hasta desaparecer
El Soto
le prestó "Mi Lucha" de Hitler
al Lucho
que no luchaba
En la cárcel
te das cuenta
hay que estar ahí
Lucho
Tu sabes
te van a sacar la chucha Lucho
igual no más
en pedir no hay engaño
Igual se acostó al lado de ella
que se quedó quietecita
esperando desde siempre
tu respiración
Ahí se quedaron
abrazados
hasta el amanecer
hasta desaparecer
El Soto
El cuento de la suma y la resta
Ese día Lucha abrazó al Lucho y le dijo que la felicidad era eso, sólo un instante.
Lucho pensó en la felicidad, sumo las veces que había querido ser feliz y las que resto a las veces que no había sido feliz.
Pensó "¿Qué es la felicidad?", al momento comenzó a sonar en la radio "Mejor no hablar (de ciertas cosas)" de Sumo. La pelada de Luca Prodan le recordaba los niños con cáncer. "¿Serán felices los niños con cáncer?".
Yo creo que si - dijo un demonio.
Yo creo que no - dijo un ángel.
En efecto, Lucho miró un ángel y un demonio ambos dos apoyados perfecta y hermosamente en cada uno de sus hombros desnudos, discutíendo entre ellos.
Se cagaron de la risa, se cagaron de la risa del Lucho. El ángel precioso, el demonio hermoso.
"Sumando restando, sin cuenta y sin cuenta" díjose el Lucho.
ElSoto
Lucho pensó en la felicidad, sumo las veces que había querido ser feliz y las que resto a las veces que no había sido feliz.
Pensó "¿Qué es la felicidad?", al momento comenzó a sonar en la radio "Mejor no hablar (de ciertas cosas)" de Sumo. La pelada de Luca Prodan le recordaba los niños con cáncer. "¿Serán felices los niños con cáncer?".
Yo creo que si - dijo un demonio.
Yo creo que no - dijo un ángel.
En efecto, Lucho miró un ángel y un demonio ambos dos apoyados perfecta y hermosamente en cada uno de sus hombros desnudos, discutíendo entre ellos.
Se cagaron de la risa, se cagaron de la risa del Lucho. El ángel precioso, el demonio hermoso.
"Sumando restando, sin cuenta y sin cuenta" díjose el Lucho.
ElSoto
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cuento
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