Friday, October 17, 2008

el mirón

Antes siempre quería estar en la cancha y hacerlas todas: arquero, delantero, defensa, arbitro, público.
En el cerro (nótese la procedencia) me decían 'el loco más loco', apelativo que traducía en grandes rasgos mi sobrexposición mediática, juvenil, adolescente y trivial. Mis impetuosos deseos de participar en todo, de mostrarme tanto al resto, eran obviamente deseos de ser amado, de ser tomado en cuenta, valorado. Esa actitud frente a la vida me trajo muchos problemas, pero también muchas ganancias con las féminas, ya que dicha actitud aguerrida y franca les excita sobremanera, ven al macho jugado que generará los recursos necesarios para mantener los críos.

Sin embargo hoy en día me gusta sentarme y observar. Un cigarrillo, una copa de vino tinto y observar en silencio. Mirar conteniéndome, controlando todo, cuál dios en su trono.
Observar da control, por eso el DT no esta en la cancha, por eso mira desde afuera, por que su visión ajena al juego y a la vez comprometida con el, le da el poder de mirar mejor y ese mirar le genera un conocimiento que no tiene el futbolista que corre como bestia, ni el hincha que lo único que hace es hinchar. El general en su cuarteles de mando, juega a los soldaditos dispuestos en un mapa y los mueve de aquí para allá, observando la batalla, dando ordenes, comunicando su visión.

Yo el hiperquinético por excelencia, el 'palito en el culo' como me decía mi querida madre (¿todavía me dice así?), ahora ando de observador, que cosas no?


La fotografía es autoría de Antón Castro