Se diluyen las constantes consonantes
y la fuerza hormonal de tu olvido
siembra los astros infinitos
sobrecogedores, errantes
más bien definidos
en incontables silencios
terrenales
como símbolos milenarios
Como bien supieron
los errantes caballeros
en la conquista de Jerusalén
donde la sangre y Dios eran una sola substancia
desvanecida, que cubría casas y caras
y la sangre de mi Padre
también estuvo ahí!!
oh Padre mío!!
que fuerzas te arrastraron?
que misterios sedujeron?
que pensaste en tu último suspiro de muerte y locura?
nunca lo sabré
y me alegra no saberlo
porque hay cosas que,
no se cuentan a nadie
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