Thursday, August 25, 2011

a dios

No es fácil aplicar los ritmos nuevos de los sentidos, volver a descubrir lo perdido. Eso pensaba yo, hasta que evoqué las palabras perdidas, miré el cielo resplandeciente, canté las alabanzas añoradas y ahí estaba, tal cuál ayer; imperceptible, paciente, presente.
Sin pedirme nada más que mi corazón de niño sincero, sin más palabras que el incierto destino y te sentí más simple, mas cercano, más sincero, te saqué siglos de prejuicios de encima, te libere de mis propias cadenas y en ese pequeño instante fuiste más tu y yo más yo. Te pido todas la victorias.

Un guerrero no adora, eso esta para las mujeres, ellas con sus lágrimas lavan los pies al Mesías, a nosotros se nos digno el honor de alabarle, de entregar nuestras batallas a su nombre, de encomendar familia y mujer a su destino

... miro el horizonte más amplio, más grande, incansablemente más grande.


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