Thursday, March 13, 2008

volver a empezar es como volver a empezar

Cuando la torre se derrumba, cuando la bomba destruye tu casa, cuando el fuego imperturbable y obtuso se cierne sobre vuestro hogar y amenaza con quemarlo todo, piensas rápido, huyes con lo más importante, lo más valioso, corres dejando atrás todo lo que tanto costo (¿tanto costo?).

En el fragor de la lucha, en el combate cuerpo a cuerpo, los golpes, el olor a pólvora, el cielo oscurecido por las bombas y el fuego, la sangre seca de tus labios y el dragón se cierne sobre tí, corres, te golpea, das la vuelta y sientes como se abre tu piel, como penetra ese filo y chorrea la sangre caliente. Miras con incredulidad ...tu compañero de batalla clavo ese cuchillo en la espalda y no lo esperabas. (así es la vida, no?)

Hace años no lloraba, y ese día llore por que no quería llorar sólo, llore en lo brazos de mi madre querida, hembra sobre protectora que con sus manos acariciaba el cabello de su cachorro herido. Como un estúpido, como un débil, como un artista sensible en un mundo frío. (aaaa!)
Llore con rabia, sentía como la herida sangraba y pujaba su dolor, pero esas lágrimas me sanaban, me limpiaban por dentro.
Después me dio vergüenza y terminamos riéndonos a carcajadas con mi madre (algo no muy difícil de lograr en ella), rememorando historias, recordando la infancia, recordando sus dolores y sus alegrías.

(llorona!!)