Friday, April 04, 2008

manzana roja


Los últimos cinco minutos de partido, se pierde 3 a 0, se va la opción de clasificar, se dejó todo en la cancha, sin embargo todavía hay esperanzas, en el fútbol cualquier cosa puede pasar.
Y en la vida también, siempre vivimos esperando el gol de último minuto, el golpe de suerte, el ahora sí, ahora si resulta. Y nos podemos pasar años en eso, siempre esperando algo mejor. Es como correr y correr para atrapar un ave, y justo cuando vas atraparla huye, y vuelves ir tras ese sueño una y otra vez, una y otra vez.
Cuando parar? o es mejor no esperar nada? por que si no esperas nada cualquier cosa que llegue siempre será mejor, por que cualquier cosa es mejor que nada. Y todo lo que hagas, por mas mínimo que sea, siempre será mejor que nada. Pero si siempre estas haciendo cosas, y cada día cosas mas grandes, sólo algo más grande saciará tu sed, y cuando logres eso, irás por más y más.
O mejor no desear? Quizás como los budistas, no desear nada, pensar que esto es un breve paso por el mundo y que nada de lo que logre podrá satisfacer mi corazón, pero entonces estaría deseando no desear y volveríamos al círculo del deseo.

La carne es deseo, un profundo deseo de poseer, más y más. Pero por más que le des a la bestia siempre tiene hambre y su hambre no sacia, incluso aumenta cada día más y más, y no te das cuenta como te devora, cada espacio, cada rincón de tu vida. Quizás el problema no es el deseo, sino el 'que deseo'.
El deseo es un impulso de vida, vital para nuestra supervivencia como especie que nos permite llegar a la luna y hacer los sueños realidad.
¿Que más hermoso que esos sueños se hagan realidad? Y si no se hacen realidad, fueron reales mientras los soñaste, mientras vivieron en tu mente y te despertaron en la noche, mientras cerrabas tus ojos e imaginabas sin límites, mientras deseabas y eso se hacía realidad, o sea, te quedará el consuelo de los fracasados.