Monday, January 28, 2008

cherry pie

Me gusta comer cerezas.
Son tibias y pequeñas, mis manos se ven tan poderosas, pero no tanto frente a su rojo carmesí. Tienen una cascara, como toda fruta, pero su cascara es una piel frágil, y siempre son tan frágiles, tan frágiles.
Cuando las abro, rompo esa cascara de piel, que se parte lentamente y como contenido de siglos, sale su liquido rojo y caliente, como gritando, como saliendo en libertad. Por que las cerezas son libres cuando te las comes.
Y ese jugo vital, escurre por mis manos y mi lengua gustosa lo recibe. Es tibio, simple, intenso, de un aroma angelical y tan dulce como la miel.
Me gusta comer cerezas y lo que mas me gusta, es que les gusta que se las coman, con hambre, con locura y con fervor.